lunes, 11 de mayo de 2015

Paradoja

La paradoja de tu espalda sin telas asomada por una ventana,
haciendo para mi, la ventana al universo.
El compás de tus manos que acarician sin tocar
y las palabras que brotan de tus ojos, claro, sin hablar.
Las caderas que ralentizan las mareas cuando alborotan mis ideas

y después todo lo demás, tus pies como locos, 
tus labios apretados y el meñique,
que me baja a la tierra.

Siempre quiero volver a un sitio que nunca estuve
Siempre quiero huir de algún lugar que no existe.

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